lunes, 29 de octubre de 2012

Mantener la marea verde (y 2)



Voy a poner mi granito de arena proponiendo, repitiendo, repitiendo, algunas medidas un poco distintas para continuar las movilizaciones dentro de una estrategia de presión continua. Se trata, como ya he dicho en el post anterior, de salir del sota, caballo y rey tradicional en la lucha sindical: asamblea, encierro, manifestación y huelga. Buscar actos llamativos, al estilo de la entrada en Mercadona de Gordillo que consiguió atraer a los medios de comunicación más de dos semanas.



Algunas acciones ya se han ido haciendo el curso pasado y en este caso lo que propongo es 1) unificarlas en días concretos, 2) no convocar otras cosas el mismo día, 3) difundirlas al máximo y con tiempo y 4) darle un lema, un objetivo concreto
 



Por ejemplo, "las aulas verdes en la calle". Esos sábados que se han ido haciendo en distintos barrios y ciudades en los que se hacían actividades educativas en las calles y plazas. Yo habría convocado uno el sábado 20 octubre (día de reflexión de las elecciones gallegas y vascas) con el tema “la democracia y los compromisos electorales”. Habría sido una clase de "educación para la ciudadanía" abierta al barrio. Pero se pueden buscar otros momentos y otros “leiv motiv” a condición de que se hagan con una cierta periodicidad (mensual o trimestral) y de forma coordinada y centralizada.

 
En otros casos, se trata de transformar imaginativamente algunas de las medidas clásicas. Por ejemplo, ya señalabamos en el anterior post de esta serie que Rioja ha demostrado que el encierro puede mantener la tensión del colectivo y procurar la atención informativa, si se trabaja con acciones desde fuera, se busca un lugar del que no te van a echar y haces girar alrededor del encierro las ruedas de prensa y las iniciativas que se te ocurran. Las modalidades pueden ser desde el encierro permanente en el que cada día un colegio, padres, profesores y estudiantes, está “de guardia” encerrado o, como se propone ahora Rioja, el encierro itinerante.

Podrían convocarse como “velatorios por la enseñanza pública” (o “amaneceres de la escuela pública”, según el humor) y ocupar el tiempo leyendo de forma continuada  algún texto, desde la Constitución o el Quijote hasta obras pedagógicas o literarias o históricas, leyendo una página por profesor y buscando, además, que cada día leyera una personalidad pública, actor, músico, político, etc. En Rioja se ha acompañado el encierro con todo tipo de iniciativas, desde un .concierto hasta pegadas de carteles, vestir con la camiseta verde a las estatuas de la ciudad, cadenas humanas rodeando la consejería, etc. 
Alumn@s del IES Vaguada de la Palma (Salamanca) de luto contra los recortes educativos
(Alumn@s del IES Vaguada de la Palma (Salamanca) de luto contra los recortes educativos)


Incluso las huelgas podrían convocarse de otra manera para evitar el desgaste del profesorado y lesionar lo menos posible la situación económica de los docentes.


Desde los paros de 15 a 30 minutos, a comienzo de las clases de primaria y a las 12 de la mañana en secundaria con concentración a la puerta de los centros educativos de profesores y, a ser posible, padres y madres para leer un manifiesto sobre el tema que se acuerde, hasta huelgas rotatorias. Por ejemplo, se podría convocar un paro parcial el 20 de noviembre, aniversario de las últimas elecciones legislativas, para leer un manifiesto sobre un año de legislatura.

O, por ejemplo, si se convocase, como en mi opinión debería hacerse, una huelga estatal contra la ley wertgüenza, se podría convocar  de manera que durase todo  un mes convocándola por comunidades autónomas. Cada día una de las 17 comunidades autónomas.

O una huelga de ocho días en las comunidades autónomas que así lo acuerden parando cada día uno de los ciclos educativos. (Esta convocatoria puede ser ilegal por lo que habría que convocar los ocho días a todo el mundo y, posteriormente, las asambleas decidir que cada ciclo hiciese sólo un día de huelga).

El resto de las movilizaciones, conferencias, concentraciones, bailes, conciertos, concursos de chirigotas educativas, día de la camiseta verde, etc. debe estar planificado y centralizado al máximo. En mi cole del curso pasado y en el de este curso el día de la camiseta verde es el viernes. Sin embargo, en el calendario de movilizaciones de la página web de “la marea verde” aparece el miércoles y en algún sitio he oído que se hacía el lunes. La dispersión no me parece buena estrategia, aunque se asemeje a la guerra de guerrillas, porque da imagen de descoordinación.

En cambio, unificar el día, y difundirlo y recordarlo semanalmente, daría más visibilidad a la acción y daría imagen de organización y fortaleza.


 

Un inciso antes de acabar: Al contrario de quienes defienden no realizar actividades extraescolares, me parece interesante estudiar el concentrar y unificar algunos de los días de salida de manera que salgan todos los centros y, si es posible, en torno también a algún eje de referencia. Por ejemplo: "los servicios públicos como instrumentos fundamentales de la democracia", y salir todos el mismo día a visitar unos, los hospitales, ambulatorios y centros de salud; otros, el canal de Isabel II; otros, la Renfe, el metro, los bomberos, la policía local, etc. etc.

Por último, también habría que estudiar, aunque es posible que el debate todavía no esté maduro, la convocatoria de “huelgas simbólicas”. Como tales entiendo aquellas que son huelga porque serían publicitadas como tales; porque habría carteles y pancartas en los centros, se llevarían pegatinas sobre la camiseta verde y se escribirían cartas a los padres y madres anunciando que se estaba en huelga. Simbólica, porque no se realizaría.

Huelga simbólica, principalmente, porque no descontaría un euro la administración pero si habría autodescuentos de una cantidad significativa que sería entregada a las AMPAS o a las FAPAS para crear un fondo con finalidad educativa: dicho fondo serviría, según los casos, para crear becas de comedor, becas para libros de texto o dotar las bibliotecas o cooperativas escolares.

Una iniciativa de este tipo, bien hecha, una especie de huelga a la japonesa, consigue la misma repercusión mediática que una huelga clásica, evita la guerra de cifras, posibilita un nuevo acto publicitario cuando se entreguen las cantidades recolectadas, acerca al profesorado positivamente a padres y madres en lugar de enfrentarles a ellos y plantea ante la sociedad no sólo que no se es insolidario sino que se está en contra de recortes que van a comerse las entidades financieras y los grandes defraudadores.

Frente a la huelga clásica con sus descuentos que nadie controla, y que, incluso, puede llegar a ayudar al gobierno en sus problemas de déficit, esta alternativa consigue alianzas y da un uso productivo a los descuentos.

Si la iniciativa se repitiese (bajo un nombre llamativo y nunca se debería hacer más de una por trimestre para no quemarlas) en esta segunda ocasión los euros autodescontados podrían ir dirigidos a comprar espacios publicitarios durante varios días para informar de nuestras reivindicaciones en los medios de comunicación (prensa y radio).


Fotos de facebook Página Por la Educación Pública en la Rioja
 https://www.facebook.com/mikel.bujanda#!/groups/educacionpublicalarioja/

Mantener la marea verde (1)


El comienzo del curso escolar ha estado caracterizado por el fracaso de la huelga indefinida, al que ha seguido un amplio desaliento en los claustros, en contraste con la proliferación y dispersión de convocatorias de concentraciones y manifestaciones y, ahora, la huelga general.

Del primer fracaso sorprende su envergadura. Tras todo un curso descalificando la estrategia de los sindicatos mayoritarios, acusándolos de falsear el verdadero sentir de las asambleas y de frenar las movilizaciones, se hubiera esperado que la convocatoria hubiese sido seguida, como mínimo, por el 25% de las plantillas. Aunque ahora se desvíe la atención y las culpas, nuevamente, hacia los sindicatos mayoritarios, el escasísimo 5% de seguimiento nos indica que hay un sector del profesorado que confunde deseos con realidades.

El desencanto en los centros educativos viene causado por el cansancio tras un curso de movilizaciones en el que no se han percibido éxitos concretos sino que, por el contrario, han persistido las agresiones contra la escuela pública y las condiciones laborales del profesorado.

Que el fracaso de la huelga indefinida no sea el canto del cisne de la marea verde va a depender de la capacidad de los sindicatos mayoritarios y las organizaciones que se reclaman del 15M para
1)     reconstruir algún tipo de consenso
2)     presentar una estrategia creíble a unos claustros camino del agotamiento y la desmotivación.
3) ser capaces de encontrar medidas impactantes y mediáticas que permitan proseguir la movilización con el menor desgaste del profesorado.

Se trata de acordar un programa de acción que dé perspectivas a las movilizaciones, que aclare los objetivos que se pueden obtener, de qué manera y con qué horizonte temporal.

El sindicalismo confederal en Madrid consiguió el curso pasado coliderar las movilizaciones a pesar de la desconfianza y el hostigamiento de algún sector y a ello no fue ajeno el sentido común y la experiencia de alguna de las corrientes de Comisiones Obreras que impulsaron el proceso desde institutos de Vallecas.

Sin embargo, hoy parece tan resignado como los convocantes de la huelga indefinida a que el movimiento se desinfle por carecer de motivaciones.

El nuevo consenso ha de plantearse sobre la base de que la lucha va a ser inevitablemente larga y ofrecer una estrategia de presión permanente que, al mismo tiempo, desgaste lo menos posible al profesorado y haga durar la movilización.

Una estrategia que, en primer lugar, diferencie los dos frentes en los que hay que moverse.

Por un lado, en todo aquello que depende de los Presupuestos Generales del Estado: salarios y plantillas, principalmente, hay que explicar al profesorado que no hay soluciones sectoriales ni parciales. Que no se va a descongelar salarios u oferta de empleo público a unos sectores y a los otros no y que, por lo tanto, la confluencia con los otros sectores no sólo es inevitable sino necesaria. Se trata, nada menos, que de cambiar la política económica y en esa tarea la marea verde puede jugar papeles importantes pero no puede triunfar sola.

En este sentido, esa estrategia debe buscar la convergencia y alianzas, principalmente, con otros colectivos de empleados públicos, confluyendo la marea verde en océanos arco iris (por el color de las camisetas de los otros colectivos). Pero también debe confluir en jornadas de lucha con el resto de los trabajadores, incluida la huelga general, en todo lo referido a la pelea contra la política económica, las desigualdades y el injusto reparto de los sacrificios.

Y, sobre todo, debe ser audaz y proponerse la alianza con los sindicatos de enseñanza en los países del sur (los llamados PIGS) para trabajar en la convocatoria de una movilización a celebrar el mismo día, que pueda ser el germen de una resistencia europea coordinada. Una iniciativa así despertaría y animaría la pasividad actual.

En el segundo frente, el frente específicamente educativo, que tiene que ver con las medidas de calidad, atención a la diversidad, nueva ley de educación, segregación de alumnos, privatizaciones, etcétera, habrá que hacer coincidir las movilizaciones con la comunidad educativa, padres, madres, estudiantes. Y, por último, habrá que convocar movilizaciones estatales, al menos, en torno a la nueva ley WERT.

En este marco, donde la CEAPA y el sindicato de estudiantes han dado el primer paso la semana del 15 al 22 de octubre, es más posible conseguir avances a corto y medio plazo, frenar alguna agresión, retirar alguna propuesta.

Para que la fallida huelga indefinida no sea el petardazo, el trueno, que da por finalizadas las tracas de fuegos artificiales del curso pasado, la estrategia de presión continúa que se consensue ha de estar gobernada por un calendario de movilizaciones ampliamente difundido y masivamente conocido. La proliferación de iniciativas de claustros, barrios, plataformas del curso pasado debe continuar, pero ordenada, planificada de alguna manera por algo parecido a una comisión central de movilizaciones que evite que las acciones se solapen y se ocupe de conseguir su máxima difusión y repercusión.

Y debemos hacer un esfuerzo para que las acciones sean lo más publicitarias posible y consigan la atención de los medios de comunicación con el menor coste, también económico, para el profesorado. Hay que salir del “sota, caballo, rey,” de las movilizaciones: concentración, manifestación, huelga, buscando iniciativas lo más mediáticas posibles. Hay que trabajar la propaganda y la publicidad, medidas que causen el desgaste electoral de la administración mientras nos granjean el apoyo de la sociedad.

El encierro permanente de Logroño nos está mostrando un  camino al mantener tensión informativa, y presión con el mínimo desgaste del profesorado. El encierro acompañado de acciones en la calle, cadenas humanas, aulas en la calle, ponerle la camiseta verde a las estatuas, conciertos, etc. ha movilizado a la comunidad educativa, ha procurado alianzas y no enfrentamientos entre padres y profesores y ha revitalizado la movilización, sin desgastar mucho a la mayoría de los docentes.
Fotos de facebook Página Por la Educación Pública en la Rioja 

jueves, 25 de octubre de 2012

ALARMA SANITARIA EN LOS CENTROS ESCOLARES

T. es interina. Se presentó a las oposiciones, y aunque no consiguió plaza, sus resultados fueron lo suficientemente buenos como para que ahora la llamen para hacer sustituciones.

Supongamos, para que la derecha no piense que es un puesto de trabajo inútil, que T. está sustituyendo a uno de los parlamentarios del Partido Popular, en la asamblea de Madrid o en el Congreso, que es profesor de secundaria.

T. es interina y este año 2012 va a cobrar un 33% menos que en el año 2009. Ha pasado de ganar unos 24,000 euros al año, a cobrar tan sólo 16,000. En el año 2010 le bajaron el sueldo un 5%, al año siguiente le congelaron el salario. Éste, además de la congelación, le han quitado la paga extra y han dejado de pagarle los meses de verano. (Mientras, el parlamentario del Partido Popular, al mismo tiempo que cobra su sueldo de parlamentario, cobra los trienios de docente.)

En esos tres años le han subido los impuestos directos, el IRPF, e indirectos, el IVA, mientras que el IPC ha subido alrededor de un 10%.

Así hoy T. tiene un poder de compra que es aproximadamente la mitad del que tenía hace tres años.

! Y T. ha cogido la gripe! Llevaba tres días rumiandola y hoy, finalmente, ha caído: tos, mocos, fiebre…

Pero T. ha ido a clase y está trabajando con 40 adolescentes en un recinto cerrado.

En honor a la verdad no ha ido a clase por "compromiso". Porque, a esta profesional, agredida económicamente y, tantas veces vituperada y culpabilizada por la Administración, es a la que Wert pide "compromiso". (Mientras, la mujer de Wert gana más que T. saliendo un día a la semana en las tertulias de televisión española).

No. T. es una profesional que sabe que la Administración no cubre las bajas de corta duración y que cuando un profesor falta, su ausencia tiene que ser cubierta por sus compañeros.

Por eso, nunca ha faltado sino estaba absolutamente justificado.

A T. la enfermedad le ha parecido siempre un motivo justificado pero hoy, con fiebre y estornudos, ha ido a clase.

Si no va, de  acuerdo con la penúltima agresión a los empleados públicos del gobierno de Rajoy, le descontarán el 50% del salario durante los tres primeros días de baja (el 25% en las dos semanas siguientes). Y eso, tras tanto recorte, no lo soportaría su maltrecha economía.

T. ha decidido curarse la gripe trabajando en clase. Es posible que mañana seis niños se hayan contagiado. Que pasado mañana sean ya una decena, yendo al médico y produciendo más gasto sanitario. A lo peor, como T. pasa por varios grupos, al cabo de una semana sean dos docenas los que falten a clase. Y haya caído otro compañero.

La pelota seguirá girando y girando. 

Pero no seré yo quien cuente el resto de la historia. 

(A veces tengo la impresión de que Wert quiere solventar así el problema de la masificación en las aulas)

lunes, 22 de octubre de 2012

TERSCH como síntoma de la degración de los valores de la derecha

Cuando oímos hablar de austeridad, la mayoría de los empleados públicos  y muchos, muchísimos, de los trabajadores privados no llevamos la mano a la cartera.

Los unos, porque sabemos que nos van a recortar nuestros salarios; los otros, porque suponen que los recortes se contagiaran y, en cualquier caso, saben que los recortes públicos afectan a gran parte de su salario indirecto: la gratuidad de la enseñanza y la sanidad pública, los precios del transporte público, etc.

Y, sin embargo, no tendría que ser así. Los más interesados en que se use apropiadamente el dinero de nuestros impuestos somos quienes los pagamos "religiosamente" a través del descuento en nuestras nóminas. (Quienes no disponemos de otros ingresos que las nóminas somos los únicos que no defraudamos).

Los trabajadores, públicos y privados, queremos que no se despilfarre nuestro dinero sino que se use en cosas útiles y productivas.

Ocurre, sin embargo, que para los malos gestores, esos que nos han llevado a esta situación de crisis, lo fácil, lo sencillito, es recortar salarios y empleo y lo complicado, investigar los múltiples sumideros por los que se desaguan nuestros impuestos.

Hace unos días, viendo un debate en Telemadrid, descubrí uno de esos sumideros al enterarme de que un tal Tersch cobra 500 euros cada noche por una intervención de más o menos dos minutos. 

Supongamos que, agotado por el esfuerzo, el tal Tersch no trabaje los fines de semana (viernes, sábado y domingo) y comprobaremos que al tal Tersch nuestros impuestos le pagan al mes, por menos de 50 minutos de cháchara, la friolera de 8.000 euros. Como cobra por otros dos programas otros 4000, al final se lleva de nuestros impuestos 12000 euros (http://www.elplural.com/2012/11/16/¿cuanto-cuesta-hermann-tertsch-a-los-madrilenos-telemadrid-le-paga-12-000-euros-al-mes/ ) Más de seis veces, 6, lo que gana, en mano, un maestro.

(No voy a meterme con la presunta catadura moral del tal Tersch. Resulta gratificante ver cómo los católicos fundamentalistas del PP perdonan los presuntos pecados de presuntos pederastas, como Dragó, terroristas, como Pio Moa, o presuntos puteros cinematográficos, como el director del Inmundo, en cuanto ponen su pluma al servicio de la calumnia y el rencor).

El salario no recortado de Tersch me parece un síntoma ejemplar de las prioridades y escala de valores de la derecha, capaz de pagar más a un propagandista, por muchísimo menos trabajo, que a diez maestros.

Desconozco los méritos  del tal Tersch pero puedo asegurar que en ningún momento hizo una oposición, en ningún momento participó en un concurso  donde compitiendo con otros candidatos tuviese que demostrar sus aptitudes. De su biografía en Wikipedia parece deducirse que fue uno de esos militantes del Partido Comunista que descubrió, con ayuda de los apellidos familiares, que era más lucrativo ser vocero de la derecha y abandonó sus veleidades juveniles.

Su salario no responde a ninguna lógica del mercado como nos querrían hacer creer. Parece difícil que el tal Tersch pudiese encontrar otra televisión de  extrema derecha donde le pagasen tal cantidad por 50 minutos de trabajo.  Por el contrario, su trabajo, que si desapareciese no originaría ningún cataclismo en Telemadrid o en los medios de comunicación, podría ser realizado por cualquier joven licenciado en Ciencias de la Información por una sexta parte de lo que cobraba el tal Tersch. 

Su salario responde a la escala de valores y el orden de prioridades que la derecha política mantiene incluso en épocas de crisis como ésta. Primero sus asesores y propagandistas, después enseñantes, enfermeros, médicos, etc.

Mientras la sociedad permita estos desmanes, mientras se permita que una televisión propagandista, y que pierde dinero todos los años, page esos salarios a periodistas del pesebre mientras se maltrata y malpaga a sus docentes, será difícil salir de la crisis sin recurrir a políticas autoritarias y a la represión de los disidentes.

(Aqui acaba el post pero no me resisto a comentar otro aspecto. Estoy convencido de que si el tal Tersch leyese esto, alegaría que su trabajo real no es de dos minutos sino que necesita más tiempo para preparar sus intervenciones, documentarse, contrastar fuentes y que lo que a nosotros nos parece una breve homilía de cinco minutos exige mucho mayor tiempo de trabajo.

No le crean. Es la misma cantinela que cuentan los docentes sobre sus horas de preparación de clases, programación, evaluación, coordinación, etc. Esas pamplinas ya fueron rebatidas por Espe Rancia y aplaudidas por el propio tal Tersch. Si no vale para los profesores, no debería valer para el tal Tersch.)