martes, 25 de septiembre de 2018


UNA FALTA DE RESPETO

Ha pasado más de una década desde el inicio de las políticas de austeridad,  que impulsaron los Gobiernos de la Unión Europea, de España y de las comunidades autónomas  para superar una crisis causada, no lo olvidamos, por la desregulación financiera y la especulación inmobiliaria y , agravadas en España , por la corrupción y el despilfarro.

Una década caracterizada por el desmantelamiento de los servicios y prestaciones sociales, la precariedad y el aumento de las desigualdades.
En el sector educativo de la Comunidad de Madrid la austeridad tomó forma de recortes salariales, incremento del personal interino, disminución de plantillas y aumento del número de alumnos y alumnas por aula. 

Más de diez años después nada ha cambiado y algunas cosas han ido a peor a pesar de los reiterados anuncios en sentido contrario de la ministra de educación socialista.

No hablaremos mucho de nuestros sueldos porque no queremos que nos tachen de trabajadores privilegiados. Pero la sociedad española debe saber, tambien a la hora  de exigir, qué precio ha puesto a nuestro trabajo. Que todavía hoy un profesor o profesora que haya aprobado las oposiciones en 2018 cobrará un 3% menos de lo que cobraban quienes aprobaron en 2007. Y que una maestra cobra un 10% menos de lo que cobran, por ejemplo y con todo el respeto por su trabajo, los lavacoches de la Empresa dedicada a la actividad de Recogida de Residuos Sólidos Urbanos, en el ámbito territorial de Madrid. (En general, casi todas las categorías profesionales de ese convenio cobra más que una maestra). Cobramos menos de lo que cobran los cajeros de un banco o los recepcionistas de un hotel de cuatro estrellas y otras profesiones que no se llevan, en forma de preocupaciones e inquietudes pero no sólo, el trabajo a casa.

Los salarios docentes demuestran la escasa consideración social de nuestra profesión pero no son el motivo de nuestra indignación. Es una falta de respeto que podemos soportar porque no la padecen nuestros niños y niñas.

Como hemos soportado la inutilidad de la Administración en el cambio del nuevo sistema de gestión informática. Un programa tan mal implantado que lleva a sospechar que alguien se ha lucrado con él. Pero ni todas sus deficiencias y caídas, todos los problemas para hacer horarios o para disponer de las listas de clase, han reducido las demandas de documentación de la Administración que año tras año aprieta el calendario de principio de curso y  convierte la elaboración de esos documentos en mera burocracia que nos dificulta aún más nuestro trabajo,

El motivo de nuestra rabia no son las barrabasadas tipicas de nuestra incompetente administración. El motivo de nuestra rabia es la enésima vuelta de tuerca de la Consejería de Madrid a la plantillas de profesoras y profesores y al número de alumnos y alumnas por clase. Nuevos recortes de profesorado y nuevos incrementos de alumnado que ponen de manifiesto la escasa importancia que tiene para el gobierno madrileño la enseñanza pública. (Seguramente piensen que no merece la pena esmerarse en mejorar el servicio público educativo si siempre pueden comprarse las titulaciones que uno necesita como Cifuentes o Casado).

Los recortes e incrementos demuestran la falta de respeto de las autoridades madrileñas a las familias y, sobre todo, a sus hijos e hijas. Lo de menos es que esos recortes se produzcan mientras se anuncia el incremento de las subvenciones a centros privados de bachillerato. Financiar niveles no obligatorios mientras se recorta la educación primaria pública es solo añadir escarnio y befa a la bofetada que la Administración ha propinado a nuestros niños y niñas. Lo dramático es que esos recortes ponen en peligro la atención a nuestro alumnado y, en particular, a quienes presentan necesidades educativas especiales. Además esos recortes echan por tierra las políticas de inclusión educativa respaldadas por 42 ayuntamientos de la región y presentadas ante la Asamblea legislativa madrileña.

Año tras año la administración educativa madrileña ha ido endureciendo las condiciones y aumentando las ratios para determinar quiénes y cuántos necesitan apoyos o refuerzos educativos. Año tras año eso ha supuesto disminución del profesorado de apoyo. Y tenemos que decir basta. Basta de faltas de respeto a nuestro trabajo y a nuestros niños y niñas. Basta de limitar y reducir la atención que merece nuestro alumnado, basta de deteriorar la calidad de la enseñanza. No queremos tener que elegir a quienes de nuestros alumnos y alumnas tendremos que dejar desasistidos.

El aumento de las ratios pone de manifiesto la visión retrógrada de la enseñanza que tienen las autoridades educativas madrileñas: nada que tenga que ver con una enseñanza activa o individualizada. La administración trata a nuestros niños y niñas como ganado que debe comer pasivamente y al mismo tiempo idéntico pienso. Y para esa ingesta da lo mismo 18 que 28 alumnos.

La penúltima falta de respeto, esta vez al Parlamento autonómico, ha sido el incumplimiento del mandato parlamentario de implantar la gratuidad de los libros de texto este año. ¿Lo seguirán consistiendo sus socios de legislatura?

La situación este curso, en mi colegio, es de auténtica emergencia. Para poder tener las clases atendidas hemos renunciado a asistir a las reuniones preparatorias de las actividades extraescolares y cualquier ausencia de un profesor o profesora por problemas médicos supone la suspensión de las actividades de apoyo y refuerzo a los más necesitados o necesitadas.

Si el gobierno madrileño tuviera vergüenza y algo de decencia estaría buscando el dinero que despilfarraron en la abortada Ciudad de la Justicia de Aguirre para traerlo a los centros de Vallecas y Moratalaz.

sábado, 28 de enero de 2017

La renovación imprescindible


Celebra estos días la Federación Regional de Enseñanza de CCOO DE Madrid su Congreso. Desconozco quienes van a presentarse a la dirección pero lo tengo claro: hay que renovarlo. Tras años de parálisis no me puede valer eso de «más vale lo malo conocido que ....»

En artículos  de hace cuatro o cinco años deje escrito lo que creo que debe cambiar en la Confederación: autocrítica sincera y petición de disculpas por las tarjetas black, (por Hostelería, por Canarias, por la formación); mayor democracia interna aprovechando Internet, las redes y los medios electrónicos; internacionalización de las luchas al margen de las burocracias sindicales internacionales; nuevas formas de pensar el conflicto social; y unidad sindical.

En el caso de Enseñanza la democratización interna y la reflexión sobre las formas  y métodos de lucha son fundamentales. Pero además ocurre que los dirigentes de enseñanza llevan más de 25 años en la dirección en diferentes puestos de la Federación y adaptándose a cualquier mayoría confederal sin problemas. La burocratización es inevitable así como la pérdida de contacto con la realidad de las aulas. Creo que es la hora de que alguien rompa la inercia, la rutina, la pasividad y la atonía en la que nos hemos metido.

La última oportunidad del sindicato, de esta dirección, aconteció en el curso 2012-13 cuando en medio de la gran movilización de la marea verde se opuso, con razón, a la huelga indefinida pero sin presentar una alternativa de movilización continuada, de presión permanente y el movimiento quedó estancado, paralizado. Y, finalmente, abandonado. Hemos hecho alguna huelga simbólica, convocada para cubrir el expediente, para lavarnos la cara, mientras seguimos en esta atonía y pasividad con la que soportamos congelaciones, recortes y retrocesos. Ningún horizonte optimista ni esperanzador.


He leído los documentos congresuales y no hay ninguna idea nueva, ilusionante que permita saber como vamos a pasar de la resignación a la esperanza. Por no haber, no hay ni autocrítica de nuestro pasado más reciente. Trabajo en un colegio atípico donde en las penúltimas elecciones más del 80% de la treintena de profesoras del claustro votaban a CCOO. En las últimas ese porcentaje se redujo a la mitad. Los votos perdidos se fueron a la CGT. Y entre las razones de este abandono el tema de las tarjetas black ocupaba un lugar principal. Y sin embargo, en nuestras ponencias es un tema ignorado como si nunca hubiera habido una dirección "rodolfista", como si nunca se hubiera apoyado a Rodolfo Benito contra Toxo. Acabaremos borrándole de las fotos como Stalin hizo con Trotski.

En la parte propositiva, la ristra de siempre de lugares comunes y tópicos. Nada que permita aventurar qué se propone para revertir la situación. Cómo recuperar y acumular fuerzas, cómo desgastar al adversario. 

El sindicato ha pasado a ser el hombre del tiempo, un personaje que nos anuncia borrascas y tormentas pero que no sabe como poner en marcha paraguas o pararrayos que nos permita salir indemnes de los malvados planes gubernamentales.

Lo dicho, más de 25 años en los cargos atrofia a cualquiera.

Así que: bienvenidas y bienvenidos sean los que traigan aire fresco al sindicato.

domingo, 25 de diciembre de 2016

La milonga del Instituto


Recupero, tres años después, el blog para replicar un post publicitado por el Huffington y popularizado en las redes, como no podía ser de otra manera, dado su contenido tan agradable al sentido común educativo de derechas y de izquierdas.

El autor, Pablo Poo, profesor de Lengua, escribe una carta a uno de sus alumnos al que ha suspendido y yo he decidido, a petición de mis ex alumnos y alumnas de primaria, hoy en el insti, contestarle como si fuera uno de ellos.

Aquí mi respuesta

La milonga del Instituto


Querido profe,

He leído tu carta con mucho cariño ... y mucha pena. Te agradezco de veras tu interés por mí. Es una muestra evidente de que eres un buen profesional, de que te preocupa tu trabajo. Lamento que andes tan desorientado.



Confieso que no me ha sorprendido tu carta. Tus quejas sobre nuestra indolencia se escuchan mucho en las clases del Instituto y mi madre dice que triunfan en el grupo de whatsapp de los padres y madres de clase. Yo diría que son un lugar común del conservadurismo educativo. Y no, no te estoy llamando facha: en esta etiqueta entran votantes de todos los partidos. Es tan lugar común que te la han publicado y publicitado en el Huffington.



Empezaré negándote la mayor: nada ni nadie garantiza el éxito laboral o profesional. Mira mi hermano mayor: 31 años y en casa, trabajando de vez en cuando en empleos mal pagados. Tiene un Máster, habla tres idiomas y, salvo alguna beca, no ha conseguido trabajar en algo relacionado con lo que estudió. Sabe leer un contrato de trabajo pero preferiría no saber: está resignado a firmar cualquier cosa con tal de poder trabajar. Como dice mi tía, la sindicalista, "que te exploten, no depende de tu cultura sino de la rapiña de los poderosos permitida y protegida por las leyes del gobierno". Si el futuro es lo de mi hermano comprenderás que no esté muy animado, aunque acepto tu consejo y aprenderé a rellenar en plazo los formularios de becas y del desempleo.



Y, primera conclusión, ya que me espera una vida dura, agradecería que me permitieses ser feliz con 12 años.



Y ahora hablemos de educación. Tus compañeros y tú parecéis añorar un tiempo inexistente en el que los jóvenes se entregaban al estudio con esfuerzo y dedicación. No te sorprenderá si te digo que, según mi padre, ese lamento puebla la historia de la pedagogía. Mi padre, cuando oye esa cantinela, utiliza una cita de finales del siglo XIX, cuando todavía sólo estudiaban las élites. Decían en la Sorbona de París:  "La ortografía de los estudiantes de Letras ha llegado a ser tan deficiente que la Sorbona se ha visto obligada a solicitar la creación de un nuevo seminario cuyo titular tendría como ocupación principal la de corregir los ejercicios de lengua de los estudiantes de la Facultad de Letras" (citado, mi padre dice que siempre hay que poner la referencia, en Albert Duruy, La instrucción pública y la democracia, París, Hachette,1886). Qué poco han cambiado algunos discursos, ¿no te parece?



Y qué poco han cambiado las prácticas educativas. No me cuesta nada ver a Fray Luis de León entrando en el aula y soltando eso que os gusta tanto de «Decíamos ayer ...». Bueno, quizás, si tiene un poco de inquietud, tuviese que aprender a usar un proyector y a moverse por Internet. Quizás.

El problema es que de verdad, honestamente, creéis que el aprendizaje está unido al aburrimiento y que si lo pasamos bien no aprendemos. Que tenemos que aprender como lo hacían vuestros padres y abuelos, sin golpes, eso sí, aunque vosotros no recordáis la mayor parte de lo que estudiasteis en la EGB y en el BUP. Aprobabais y olvidabais. Para vosotros la psicología, la pedagogía o la neurociencia son sólo modas estúpidas que dificultan la transmisión de conocimientos, auténtico pilar del método educativo. Transmitís. Veis al «pedabobo», como le llamáis, como un intruso listillo que entorpece vuestro trabajo cambiándole el nombre a las cosas para hacérselo más fácil a los alumnos y alumnas.


Y yo os pregunto: ¿Cuándo dejó de ser cierto eso de que el niño o la niña aprenden jugando? ¿A qué edad dejamos de aprender jugando? ¿Cuándo dejasteis de estimular nuestra curiosidad y la convertisteis en asignatura? ¿Dónde enterrasteis a  aquel niño, a aquella niña que no se cansaba de preguntar «por qué»?



Pues claro que queremos aprender y lo queremos aprender todo pero tengo doce años y me interesan las novelas, los viajes, fantásticos o no, los deportes, la música, los ordenadores. Vamos, que tenemos predilección por las «Marías» del insti. Pero ahí no acaba todo. A algunos les gusta la mecánica, a otros el comic, los idiomas y  hasta hay frikis que les interesan las Ciencias. Venimos con gigas de información. Con doce años he visto más películas y conocido más historias que mi abuelo en toda su vida. ¿Cuando leísteis el Señor de los Anillos? Yo ya la he visto seis veces. He visto paisajes, animales, terremotos, planetas que no soñaban mis abuelos. Soy como el replicante de Blade Runner: "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser".


Conozco muchas cosas pero ninguna tiene cabida en el instituto. ¡Qué pena!

Estoy seguro de que, si fuerais capaces de quitar de vuestras cabezas y de las del Ministerio el currículum y los exámenes, encontraríais en nuestros intereses materiales suficientes para explorar vuestra asignatura y hacernos apetecible ir a vuestras clases. Sólo tenéis que tirar del hilo. Creo que, excepto Leonardo, vuestro siempre socorrido ejemplo de hombre universal, así es como aprendieron los sabios en la antigüedad. Dejándose llevar por la curiosidad más que por los programas.

¿De verdad pensáis que un niño de doce años debe saber el teorema de Tales, qué son las rocas metamórficas, cuáles son los determinantes indefinidos, los orígenes de Grecia, los tipos de clavos que existen, hacer dibujo geométrico, los nombres contables e incontables en inglés, mientras salta a la comba y medita sobre el misterio del espíritu santo?

Seamos sinceros, ni vuestro Leonardo ni nuestros progenitores ni siquiera vosotros, si os sacamos de vuestra asignatura, sabríais responder a una evaluación externa de 2º de la ESO. Y no porque seáis vagos, necios o incultos sino porque aprendisteis mal. Perdón, os enseñaron mal. Habéis olvidado aquello que os importaba un bledo y aprendisteis con el único objetivo de aprobar un examen. Y habéis hecho bien. Porque la neurociencia nos enseña que es falso que el saber no ocupe lugar y, si no hubieseis abandonado tanto saber inútil, estaríais atascados.

Uy, ya lo he dicho: saber inútil. Con la iglesia hemos topado. Me explico: tomadas de una en una, cada asignatura tiene una lógica interna que es irrefutable: los niños y niñas tienen que saber esto y esto y lo otro y, además, deben aprenderlo en este orden lógico. Pero eso solo tiene sentido para quienes van a dedicarse profesionalmente a ellas. No pasa nada si un alumno que no va a dedicarse a la Filología no sabe distinguir una desinencia de un sufijo pero tiene que saber comprender un texto escrito o icónico y expresarse y razonar, oralmente y por escrito, con propiedad. Objetivos más difíciles de medir en un examen.

Concluyo. Mi padre dice que me enrollo mucho. En mi opinión, los programas escolares son aburridos y sin interés para nosotros;  hay un protagonismo casi absoluto de los libros de texto; las clases “magistrales” y las actividades educativas basadas en las órdenes, el control y la repetición reinan en los centros escolares como lo han hecho siempre. Ya va siendo hora de que lo cuestionemos.

¿Se puede seguir enseñando como hace cien años en un mundo, en el que, como dice Will Richardson, la enseñanza y la información están por todas partes?

Mientras yo repaso tu asignatura, piensa en esto. Ya sé que cambiar las cosas siempre cuesta: os faltan medios y sobran alumnos, necesitáis apoyos y grupos de clase más reducidos, mejores sueldos y menos burocracia, más respeto social e institucional. Sí, sé que es difícil saber por dónde empezar y qué tendrá éxito. Pero ya sabes lo que no lo tiene: lo de siempre.



Por la transcripción: Juan Carlos Jiménez, profe de primaria.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Llamamiento urgente a UGT, CCOO Y STES

Llamamiento urgente a UGTCCOO Y STES

Los que me conocen saben que no soy partidario de las huelgas indefinidas. Si las cosas fueran tan fáciles como algunos vociferan: "Hago huelga indefinida y consigo mis reivindicaciones" todos los sectores estarían convocando huelga indefinida. 

Creo, sin embargo, que en Baleares nos estamos jugando tod@s mucho. 

Por un lado, porque creo que es la primera vez desde que llegaron al gobierno en 2011 que pueden perder por una movilizacion social. Porque, además, lo que está en juego no es dinero sino modelos educativos y ni Hacienda ni FMI o Troika tiene nada que decir.

En segundo lugar, porque creo que si el movimiento sale derrotado en Baleares, todos saldremos derrotados y costará más montar movilizaciones en cualquier otro lugar.

Es necesario impulsar la solidaridad del resto de España con nuestros compañeros. Y la mejor solidaridad es la económica. Y es urgente. 

Se puede hacer de forma clásica, estableciendo un día para que tod@s los docentes contribuyan con 50 euros a la caja de resistencia. Sin embargo, yo voy a hacer una propuesta algo más barroca.

MI propuesta es que se convoque una huelga de solidaridad el viernes que viene. Durante toda la semana los medios hablarán de la huelga, sus motivos y su ilegalidad (hay que convocar con 10 días de antelación). El jueves se desconvoca y se dice que todos los huelguistas darán 50 euros a la caja de resistencia de Baleares. (Creo haber oído que la marea blanca también hizo una falsa huelga para recaudar fondos para su asesoría jurídica, la que ha logrado parar la privatizacion de los tribunales en los juzgados: es una forma muy provechosa de utilizar los descuentos de una huelga)

Sea como sea, los sindicatos que convocan en Baleares y tienen presencia estatal deben hacer, y no solo decir, algo.

viernes, 30 de agosto de 2013

EL PENSAMIENTO UNICO EDUCATIVO

Hace veinte años el periodista Ignacio Ramonet recuperó la expresión "pensamiento único" para referirse a esa aplastante hegemonía de la ideología liberal en los debates económicos que descalificaba cualquier alternativa como inviable. Para Ramonet, esta ideología era la expresión intelectual, con pretensión universalizante, de los intereses del capital financiero internacional. Sus principales rasgos eran la preeminencia de la instancia económica sobre la política y la consideración del mercado como el único medio para una asignación eficaz de los recursos.

 En el terreno educativo existe también una ideología aplastantemente hegemónica, repetida por sectores de derecha e "izquierda", que voy a permitirme llamar el pensamiento único educativo. Hace referencia esta ideología a una especie de saber convencional, un lugar común de los debates educativos, que da por hecho que los alumnos cada vez van peor preparados, cada vez estudian menos, cada vez son, utilicemos la expresión coloquial que se oye en los claustros, más "zotes".

 Esta ideología se convierte en seudocientífica amparándose en los pretendidos resultados de evaluaciones internacionales. Dice Ignacio Escolar "Hay un discurso demagógico que se ha instaurado como verdad indiscutida: que la educación en España es de las peores del mundo, que tanto PISA como la OCDE dejan a nuestra enseñanza fatal, que la culpa es de las sucesivas reformas o de los inmigrantes, o de las autonomías, o del bilingüismo, o de los funcionarios, que son unos vagos, que falta autoridad…" ("En defensa de la educación").

A partir de esta constatación, casi nunca estadísticamente fundada, se justifican todos los proyectos de reforma educativa, también el ultimo proyecto español, la llamada ley Wert: "las leyes educativas vigentes han reducido los niveles de exigencia con lo que han dificultado alcanzar la excelencia y nos han conducido a resultados mediocres".

Lo comentaba Concha Caballero en El Pais: "esta tarea no se hubiera podido culminar si desde hace años, la derecha política española y todos los think tank que las envuelven, no hubiesen conseguido desprestigiar la escuela pública, sus resultados y caricaturizar sus problemas.

 Mutilaron y manipularon informes como el PISA o el de la OCDE para presentar la cara más oscura de la enseñanza española. Ocultaron celosamente todos sus éxitos y consiguieron que la palabra educación se impregnara del concepto de fracaso, error y conflicto."

Hace ya algún tiempo los sociólogos franceses Baudelot y Establet escribieron un pequeño librito que debería ser obligatorio leer antes de iniciar el monótono lamento sobre la mediocridad de nuestros alumnos, "El nivel educativo sube" (Morata), que refleja en su primer capítulo como esas quejas (y sobre la ortografía casi siempre en primer lugar) se pueden encontrar a lo largo de todo el siglo XX, incluso a finales del XIX: "La ortografía de los estudiantes de Letras ha llegado a ser tan deficiente que la Sorbona se ha visto obligada a solicitar la creación de un nuevo seminario cuyo titular tendría como ocupación principal la de corregir los ejercicios de lengua de los estudiantes de la Facultad de Letras" (Albert Duruy, La instrucción pública y la democracia, París, Hachette,1886). Para estos sociólogos resulta incomprensible cómo se puede conciliar este continuado descenso del nivel con el constante incremento científico y tecnológico.

El lamento sobre lo bien preparada que estaba la generación anterior lo hemos padecido todas las personas que hemos estudiado ¿Quién ha olvidado la queja de nuestros padres, madres y educadores acerca de nuestras deficiencias educativas?

¿Qué tienen de cierto y qué de bucle melancólico esas añoranzas?

Si lo comparamos con los países de nuestro entorno se puede deducir que las diferencias son mínimas: "La puntuación media de los países de la OCDE en PISA se establece por definición en 500, y la desviación típica en 100. Con esa métrica, diferencias de 10 y hasta 20 puntos son diferencias pequeñas. Además, el tamaño de las muestras es tal que las diferencias menores de cinco puntos pueden deberse a errores aleatorios. Por último, conviene tener en cuenta que la puntuación media de los alumnos de la OCDE no es de 500, sino de 491.

Se avisa de evitar, por tanto, expresiones como "España a la cola", "el sistema español, un desastre" y otras semejantes que se usaron harto a la ligera cuando los informes anteriores. Si los resultados españoles están a 12 puntos de la media de los países y a tres puntos de la media de los alumnos, lo prudente es decir que estamos al nivel medio de la OCDE. Y también al de países con cuya compañía ni soñamos en otros ámbitos, como Estados Unidos, Francia, Suecia, Dinamarca, Noruega o Luxemburgo." (Julio Carabaña, "Avisos para no quedar en evidencia comentando Pisa").

A pesar de todo, el mito de unos estudiantes mal preparados perdura. Yo creo que en España el origen moderno de esta sensación melancólica se remonta a la Logse. El incremento de la escolarización obligatoria de los 14 a los 16 años vino acompañada de cambios en el sistema por los cuales dos cursos que antes impartían los maestros (6º y 7º de EGB) pasaron a ser impartidos por el profesorado de BUP (1º y 2º de ESO). Una medida tendente a mantener el horario y las plantillas del profesorado de bachillerato se convirtió en la causa del mayor rechazo a la LOGSE. El profesorado de bachillerato que recibía hasta entonces al 45% mejor de los niños y niñas de 14 años, academicamente hablando, recibía ahora al 100% y con dos años menos.

Hasta la Logse un importante número de estudiantes era desviado hacia la FP y no llegaba al profesorado de bachillerato. Desde la LOGSE ese alumnado permanecería en las aulas hasta los 16 años, (cuatro largos cursos) al igual que lo haría el importante número de alumnos que con la Ley anterior abandonaba a los 14, 15 o 16 años sin continuar ningún tipo de estudios (y muchos de ellos, sin titulación).

Un sector del profesorado de bachillerato, cuyas condiciones laborales sufrieron alguna merma por estas medidas, hizo popular el tópico, alentado por la caverna, de que el aumento de la escolarización, una medida democrática que nos igualaba con los sistemas educativos de la Unión Europea, suponía un descenso de nivel y "egebeizaba" la enseñanza secundaria.

¿Descenso del nivel de quién? ¿Quién bajaba el nivel? ¿El 25% que terminó el bachillerato el último año de vigencia de la reválida preLogse, esa revalida que hoy quiere recuperar Wert? ¿El 8% que acababa la formación profesional? ¿O el 67% restante que había abandonado la escolarización (la mitad de ellos sin el título siquiera de graduado que se daba al término de la EGB)?

 El revisionismo histórico que ha acabado convirtiendo el golpe de estado fascista en una labor de saneamiento de los males de la democracia republicana acabará embelleciendo la escuela franquista en la que apenas terminaban el bachillerato uno de cada cuatro alumnos y tenía, todavía en 1970, un 10% de analfabetismo total.

Lo explica muy bien, y con ejemplos propios, Francisco Llera en Facebook, comentando un típico post acerca de las muchas matemáticas que se sabían antes: "Pues yo estudié allá por la segunda mitad de los 70 lo que se llamaba BUP, y de una clase de 40 personas aprobaban sólo dos las matemáticas. Curiosamente ambos se podían permitir asistir a una academia privada. Los demás debíamos ser tontos porque no nos enterábamos de nada. Eso sí, debían ser muy completitas, pero lo cierto es que aprender, aprender.... lo que se dice aprender, aprendíamos poco. De lo que pudieron aprender mis padres mejor no os lo cuento porque os echaríais a llorar. Vamos, que bastante tenían con buscar algo para comer. Era poco antes de los 50, y las tasas de analfabetismo en España eran más abultadas que las tasas de paro actuales. Tasas que no mejorarían hasta entrados los 80. Ahora observo a mis hijos. El mayor, con 17 años, irá el próximo año a la universidad si mantiene el nivel de notas, porque sino igual no se la puedo pagar a pesar de que ambos somos funcionarios de carrera. En mi caso con más de 25 años de antigüedad. Lo cierto es que él ha aprendido matemáticas y no le ha hecho falta ir a ninguna academia. El de 14 años es peor estudiante, pero aún así su nivel de matemáticas, siendo bajito, está a años luz del nivel que consiguió adquirir el 98% de mis excompañeros de instituto y a distancia galáctica de lo que consiguieron aprender el 99% de nuestros padres y abuelos. ¿Se entiende lo que quiero decir?".

Lo mismo que estoy intentando explicar yo.

Porque "no se lo van a creer, pero lo que realmente demuestran los informes de la OCDE es que somos el país del mundo donde más ha mejorado el nivel educativo de la población durante el último medio siglo, solo por detrás de Corea del Sur e Irlanda. A veces se nos olvida, pero España viene de una dictadura y de un retraso económico, social y cultural que no se arregla ni en una generación ni en dos. Después de un avance espectacular en estas últimas décadas, los alumnos españoles están hoy en la media de los países desarrollados, ni mucho mejor ni mucho peor. Es un error interpretar los datos de PISA como una clasificación deportiva. Hay tan poca distancia entre unos países y otros que el orden casi carece de importancia: es como una carrera ciclista que entra en meta agrupada y donde los alumnos españoles no van a la cola, sino en el grueso del pelotón." (Ignacio Escolar, "En defensa de la educación")

¿Quiere esto decir que no hay nada que mejorar en el sistema educativo? Por supuesto que no. Hay muchísimas cosas que mejorar. Pero no desde el pesimismo. No desde una visión catastrófica de nuestro sistema educativo. Con un debate público bien informado.

Y lo primero que habría que hacer, pero eso será motivo de otro post, es definir y consensuar cuáles son los objetivos que pretendemos para nuestro sistema educativo a partir de un concepto común de lo que entendamos por calidad educativa.

lunes, 17 de junio de 2013

POR QUÉ NO HICE LA PRUEBA DE 6º (II)

Sara DN, once años, también me cuenta cómo se sintió cuando quisieron obligarla a hacer la prueba de 6º. Recordemos que los padres y madres del Colegio Palomeras Bajas de Madrid les habían llevado a Cosmo Caixa el día de la prueba pero la inspección regresó al día siguiente a obligarles a hacerla. El solo hecho de que la administración educativa madrileña se muestre tan obsesionada con dos colegios, dos, que no quieren hacer la prueba muestra su talante prepotente, chulesco e inquisitorial.


Ellos, que impulsaron y ampararon el boicot a "educación para la ciudadanía", demuestran diariamente su impronta farisea: de qué les ha servido tanta clase de religión si son unos falsos con dos varas de medir, ancha manga para ellos y los suyos, estrecha para los demás.

He contado lo que ha pasado estos dos últimos años y lo que opino del tema en ESPERANZA AGUIRRE CONTRA IDEFIX y FIGAR CONTRA IDEFIX

Ahora dejo la palabra a Sara.

Sara es una de mis exalumnas favoritas, de expediente académico sobresaliente, es generosa, tierna y solidaria. Tiene el afecto y la estima de todo el grupo sobre el que ejerce unos de esos liderazgos silenciosos, que apenas se nota, pero que hacen mejor al colectivo. Le gusta investigar sobre historia y escribe unos espeluznantes cuentos breves de terror. Cuando les leo, a ella, a Adrián, pienso que el cole está consiguiendo su objetivo de formar personas autónomas, valientes, críticos, solidarios ...

Alguno pensará que sus maestros o padres les manipulamos. Nada más falso. Los maestros estamos lo suficientemente amedrentados en este tema, lo han conseguido, como para preferir que los chavales hagan la prueba y nos quiten de encima el marrón. Los padres, que les llevan al cole buscando esa educación en libertad, no se atreverían nunca a decirles lo que tienen que hacer porque nunca librarían sus batallas a través de los niños como ha hecho el PP con "Educación para la Ciudadanía" y tantas otras cosas.

Los niños decidieron el boicot ellos solos, ese mismo día, y lo único que sabían es que lógicamente sus padres les ampararían y cubrirían hiciesen la prueba o no. Y espero que sintiesen que sus profes, aunque acojonados, estabamos orgullosos de ellos.

Transcribo lo que me cuenta que ella ilustraba con un dibujo de Mafalda.


"
Descripción breve
Hola, voy a 6º y os voy a contar como me he sentido y como he vivido la prueba de 6º
15/05/2013  


8 de Mayo
Hola soy una chica de 11 años, voy al colegio palomeras bajas.
El 8 de mayo un día después de la prueba de 6º aparecieron los inspectores, para hacernos la prueba a los que no la habíamos hecho, separamos las mesas y nos colocamos por orden de lista en ellas.
Luego nos entregaron el primer examen que era un dictado, geografía y cultura de la edad media.
Empezamos por el dictado, nuestra profesora nos leyó el texto, pero mi amiga y yo no lo hacíamos, entonces vino la inspectora y nos dijo ¿Por qué no lo empezáis?”, nosotras dijimos que no lo queríamos hacer, entonces ella dijo en alto “profesora dile a estas niñas que consecuencia tiene no hacer la prueba, actúa como tutora” nuestra profesora nos dijo “es  obligatorio hacer la prueba” nosotras le dijimos que ya lo sabíamos, pero no estábamos de acuerdo con hacerla. Ella nos dijo que tendría que hablar con nuestros padres, luego vino la inspectora y puso en un papel el nombre de mi amiga y mío. Pero luego más gente se fue uniendo a nosotras hasta que al final fuimos 14 niños (más de la mitad de la clase) los que nos negamos a hacerla.
Tuvimos que aguantar mucha presión durante 1 hora, la inspectora nos amenazaba diciéndonos que nos iban a expedientar a nosotros o a nuestra profesora.
Luego cuando ya paso la hora como “premio” dejaron salir al patio a los que habían hecho la prueba y los que no lo habíamos  hecho nos dejaron en clase escribiendo por que no habíamos hecho la prueba.
Luego toco el examen de matemáticas, nos negamos 12, un niño de los dos menos confeso que hizo esa prueba por que tenía miedo de que expedientasen a nuestra profesora.

 Me Sentí…
Me sentí presionada, asustada, preocupada por si me expedientaban a mí o a mi profesora.
Veo esto como…
Veo esto como una prueba para poder resistir en el futuro, como un ejemplo para poder luchar por mis derechos.

15 de mayo de 2013






lunes, 10 de junio de 2013

POR QUÉ NO HICE LA PRUEBA DE 6º

Adrian MG, un antiguo alumno del Palomeras Bajas (Vallecas) que se negó a hacer la prueba de 6º hace un mes me manda sus razones. Algo así escribió para la inspección el día de marras. (Ver post de

Lo transcribo tal cual lo redactó él.

Adrian tiene un excelente expediente académico pero cuando lo recuerdo me quedo con su sentido del humor, su sensibilidad ante la injusticia y su compañerismo. Le gusta el fútbol, este curso han ganado el campeonato escolar de Vallecas, y toca el saxofón con un grupo.

Estos chavales tienen algo que ni Pisa ni revalidas podrán medir nunca.

"El porque de no hacer la prueba

1 Que una prueba sirva para valorar nuestro nivel esta genial, pero que se publiquen no me parece bien.

2 La gente que con mas  problemas y/o dificultades tiene que hacer la prueba cosa que no esta bien.

3 La prueba fue el día 7 de Mayo por lo que el día 8 no podían venir.

4 Los colegios que tiene una "peor población" se ven mas afectados que los que tiene una población diferentes.

5 Hay colegios que preparan durante un curso entero la prueba y lo importante no es esa prueba lo importante es el trabajo de todo el curso.

6 Es una decisión mía apoyada por mis padres.

7 Lo mal que nos ha tratado la inspectora con frases como: "Esto va a contar en vuestra nota académica" y "A vuestra profe se le abrirá un expediente".

8  A mis compañeros que habían hecho la prueba los trataban mucho mejor que a los que nos habíamos negado."

Atentamente Adrian MG."